La oficina.

Los empleados de la antigua oficina no llegaron a conocer la era de Internet, en esos años toda la contabilidad quedaba registrada a mano varias veces y para tener esos datos al momento de forma resolutiva se necesitaba una escrupulosa forma de trabajar.

Era esa forma de proceder, meticulosa y exhaustiva la que hacía posible controlar todos los movimientos financieros de la fábrica.

En un momento podían encontrar una factura de hacía diez años o recuperar un número de teléfono sin más pistas que un nombre o unas señas.

Eran tiempos de trasiego de mensajeros trayendo y llevando la documentación que no se podía enviar mediante el télex o teletipo, era un dispositivo de transmisión de datos que servía para recibir mensajes mecanografiados punto a punto.

























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