Canto dos sonhos.

Llevo muchos años siendo criada de una familia a la que casi no conozco.

En el recuerdo borroso de mi adolescencia me veo llegando a esta lejana finca en las afueras de Lisboa, contenta por haber conseguido entrar de interna en casa de los señores.

La verdad es que no imaginaba que una casa pudiera tener tantas habitaciones con sus correspondientes camas. Cuando acabas de hacer la última algún niño de la casa ya ha deshecho alguna.

Hoy me han pedido que prepare los equipajes y que deje la casa lista para cerrarla durante el invierno.

¡Por fin se van a pasar el invierno fuera! 

Esta es mi recompensa por el duro trabajo, hacer uso de la casa durante unos meses, es por este tiempo sin la familia en casa por lo que he durado aquí tantos años, estos meses en los que realmente puedo descansar.


























































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