En casa de herrero.

Como cada mañana suena el martillo en la fragua mientras respiro el olor a carbón que hay en el ambiente.

Aunque puedo hacer cualquier pieza en el torno, no hay nada como moldear el hierro al rojo vivo, es mi pasión.

Un Maestro herrero siempre sabe el momento exacto de templar el metal para mejorar algunas de sus propiedades. 

Los herreros no necesitamos un termómetro para saber la temperatura a la que está del acero, sólo con verlo ya sabemos a cuantos grados está.

Desde el amarillo débil que son 215 grados hasta el color limón que son 996 y así hasta 27 colores diferentes.

















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