Aquí es dónde vivió la señora Juana junto a su difunto marido y sus ruidosos hijos.
Cuando cogían el tambor podía ser una verdadera tortura.
Digamos que en esa época los niños jugaban de verdad, haciendo ruido y rompiendo cosas como Dios manda.
Los mundiales del año 1982 ya eran historia y se seguía hablando del golpe de estado en las tertulias de tv.
Por desgracia la fábrica en la que trabajaba Juana tuvo problemas económicos y acabó dejando a casi todos los habitantes del pueblo sin empleo.
Se marcharon con la esperanza de volver más adelante, pero por lo visto no fue así y lo que había sido una vivienda llena de vida empezó a convertirse en hogar de las golondrinas y recurso de cobre y plomo para algunos chatarreros, poco a poco, el olvido y la decadencia se fueron apoderando del lugar.
Pese a todo, el lugar aun nos muestra un poco de su historia.
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