Diciembre de 2010, mientras veo pasar los coches frente a mi puerta pienso en todas mis vivencias en esta casa, 88 años aquí, casi nada. Al ser viudo y no tener hijos le doy demasiadas vueltas a todo, uno nunca acaba a acostumbrarse a estar sólo.
Sobretodo ahora, que me cuesta horrores simplemente ir a buscar el pan.
Parece que fue ayer cuando anunciaron la construcción de la carretera que dividiría el pueblo en dos.
Después vino el polígono industrial, los chalets adosados, las casas de veraneo, el supermercado...
Al final, mi casa ha quedado rodeada por los tiempos modernos, es un recuerdo del pasado y vista desde fuera se podría decir que parece un monumento.
Para mi desde luego lo es.