Antes se podía observar la actividad de las personas que iban y venían a la harinera conduciendo sus carros llenos de sacos de harina o grano.
Aunque habían automóviles y camiones una simple lluvia los volvía peligrosos y para el reparto en el mundo rural a veces era mejor un buen carro para repartir por esos caminos.
Hombres y mujeres curtidos en trabajos muy duros, cargar esos pesos y respirar el aire con partículas del descascarillado todo el día no era moco de pavo.
Sólo unas pocas fábricas quedan en pié y nos permiten imaginarnos los tiempos en que gran parte de la economía del pueblo dependía de la harinera directa o indirectamente.
"Cuando no tiene agua el molino, el molinero no tiene vino"
No hay comentarios:
Publicar un comentario