Cal Mosaic.

Realizar mosaicos no sólo era fácil y barato, sino que además me relajaba mucho cuando los hacía.

Cristal, porcelana, piedras... Todo sirve para este arte.

Empecé haciéndolo por curiosidad y al final no había rincón en el interior ni en el exterior de mi casa que no tuviese sus mosaicos.

Al incorporarse mis hijos a esta bonita afición tuve que ponerme la pilas, de repente empezamos a hacer diseños más complicados, un lobo, un coche, un monumento, un escudo.

Resulta reconfortante saber que nuestra pequeña obra de arte perdurará en el tiempo, al fin y al cabo son piedras y cristales.





































Villa Kodak.

Al igual que el cine, el teatro fue también perseguido por los censores.

El miedo del Régimen a que desde el teatro se pudieran dirigir directamente al público y consecuentemente se utilizara para hacer política lo convertían en uno de los principales objetivos de los censores.

Se censuraba todo, la vestimenta, determinadas frases y escenas e incluso obras completas.

Todo lo que no fuera dorarle la píldora al nacional-catolicismo era susceptible de ser censurado, de echo se obligaba a toda persona involucrada en una obra a "autocensurarse" de manera que de ninguna manera se pudiera hacer una lectura política de las escenas o textos que allí se exponían.

Por suerte, la picardía tanto del público como de los miembros de las compañías de teatro permitieron que no se cortara el vínculo entre el teatro y la sociedad de esos días.